De vez en cuando mantenemos diálogos sobre temas sin importancia,
trivialidades que no nos importan nada, pero que sirven para hablar con
los vecinos o para entablar conversación con desconocidos. ¿Será que el
tema es lo de menos y lo realmente importante es lo que nos decimos con
la expresión corporal?
Los ingleses lo llaman small-talk. Forman parte del ritual de acercamiento al otro. Es una forma de preparar el terreno para poder después tratar temas más trascendentes. O de mantener un contacto agradable con los vecinos, el camarero del bar, el tendero, incluso si no vamos a volver a verlos jamás. Pero también de seducción porque al dirigirte a una persona con el pretexto de cualquier tema trivial le estás diciendo que es importante.
También se analizan qué elementos pueden fallar cuando…
- Al interlocutor le cuesta hablar por hablar o bien no es hábil en este tipo de situaciones
- Se tocan determinados temas (política, dinero, relaciones personales, etc.)
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